En tiempos de contingencia se nos invita a permanecer en casa: ese lugar que consideramos nuestro refugio, nuestro puerto seguro, aquel sitio donde podemos pasar una infinidad de tiempo. Sin embargo, después de varios días comienza a convertirse (o por lo menos a sentirse) como una especie de prisión, un área de confinamiento. Las actividades se tornan cotidianas, los espacios parecen reducirse y lo divertido, ya no lo es tanto; las visitas al refrigerador son cada vez más frecuentes, y al final, parece que nuestras fuentes de entretenimiento comienzan a agotarse y… bueno, ya fue mucha tragedia.
El punto es, que hay algo prácticamente interminable que está a nuestro alcance y nos puede brindar infinidad de sentimientos, sensaciones, enseñanzas y probablemente hasta alguna nueva manera de visualizar la vida: me refiero a los libros y, en especial, a las novelas; que, por supuesto, a diferencia de las películas o las series, (las cuales veo por montones y, por supuesto, también disfruto) hacen que nuestra imaginación despegue; que los personajes, los lugares, las situaciones, más allá de la descripción del autor, sean como nosotros las visualizamos.
Es por ello que, a continuación, les dejo algunas recomendaciones de mis favoritas que, pueden convertirse en buenas compañeras en este tiempo de cuarentena:
La noche del oráculo. (Paul Auster, 2003)
El protagonista de esta historia es Sidney Orr, un escritor de cierto reconocimiento que ha sufrido una enfermedad que casi lo lleva a la muerte, sin embargo, logra sobrevivir. Al principio no logra encontrarle sentido a la vida, pues en su etapa de recuperación se siente inútil y bastante deprimido. Todo esto cambia cuando al entrar a una papelería ve exhibida una libreta azul que le encanta. Decide comprarla y es entonces cuando comienza a escribir de nuevo e inicia una novela cuyo protagonista es Nick Bowen, un editor que a su vez se ha salvado de morir y decide irse a vivir a Kansas llevando consigo un manuscrito inédito de una autora antigua.
En la novela Paul Auster nos lleva a través de las tres historias con maestría. Podemos darnos cuenta de cómo los hechos que le suceden a Sidney Orr, repercuten en la vida de su personaje Nick Bowen y podemos adentrarnos también en el inédito manuscrito, que lleva consigo. Puede verse también, cómo algunos de los sucesos que Bowen vive, le hacen al autor (Orr), descubrir ciertas cosas de su vida y de su pasado que antes parecía no tener en cuenta.
Una novela dentro de una novela, que a su vez es escrita por el personaje de una novela. Todo esto con el gran toque de autor estadounidense, quien siempre imprime a sus novelas elementos como el azar, la coincidencia, la sensación de peligro o desastre, y el desgaste emocional y mental de los personajes. Una novela excelente, que recordarán por siempre.
La fiesta del Chivo (Mario Vargas Llosa, 2000)
Esta novela escrita por el Nobel de Literatura 2010, se centra en la dictadura del General de la República Dominicana, Rafael Trujillo también conocido como “El Chivo”. La trama, aunque basada en hechos reales contiene apartados importantes de ficción, por lo que, no podría ser considerada una obra histórica o documental.
El autor nos narra tres historias que ocurren en distintos lugares y tiempos. Una de ellas acontece muchos años después de la dictadura, su protagonista es Urania Cabral, quién ha vuelto a Republica Dominicana, después de varios años de vivir en Estados Unidos a visitar a su padre enfermo. La visita despierta en Urania muchos recuerdos y secretos del pasado que comienzan a revivir en su memoria de forma inquietante.
La segunda historia nos hacer seguir los momentos que viven los cuatro sujetos que, agazapados en un carro a un costado de la carretera, esperan el paso del auto del dictador para atentar en contra de su vida. Podemos sentir la angustia, la ansiedad, el miedo y los nervios de estos hombres; además de esa sed de venganza que busca poner fin a la vida de Trujillo, cada uno por diferentes motivos.
La tercera historia nos narra ese mismo día, pero desde la perspectiva del “Chivo”: cuando se levanta por la mañana, sus actividades durante las horas siguientes, hasta el momento en que sube a su auto dirigiéndose al lugar donde no sabe que lo esperan con las peores intenciones. La historia mas allá de estos hechos esenciales, nos deja ver de forma muy clara un régimen dictatorial, el abuso del poder, la corrupción e incluso el machismo.
Con sus increíbles recursos literarios: cambios de temporalidad y cruce de historias, al autor Mario Vargas Llosa, nos mantiene intrigados y en suspenso, siempre esperando leer el siguiente capítulo de esta magnífica obra.
After Dark (Haruki Murakami, 2004)
Esta historia del multipremiado autor japonés nos narra el transcurso de una noche de las hermanas: Mari y Eri Asai. Ambas son muy distintas: Mari es una joven reservada, buena estudiante, introvertida y con gustos muy distintos a la mayoría de las personas; lo cual le dificulta bastante el relacionarse con los demás. Eri, en cambio, es una joven extrovertida y bella que trabaja como modelo. A diferencia de su hermana, ella es muy sociable, le gusta hablar y relacionarse con las personas, lo cual le ha facilitado muchas cosas en la vida.
La noche empieza con Mari quien se encuentra tomando un café y leyendo un libro como suele hacerlo. En ese lugar se encuentra con Takahashi quien es estudiante y músico, y conoce a su hermana de tiempo atrás. Mientras tanto Eri se encuentra sola en una habitación dentro de una especie de sueño o inconsciencia que parece ser real: está mirando el televisor donde poco a poco empieza distinguirse una silueta nada agradable, de hecho, perturbadora. Sin embargo, el televisor se encuentra desenchufado de la corriente eléctrica. Por otro lado, Mari sigue sus andanzas por la ciudad de Tokio hasta llegar a un hotel en donde se ha presentado un problema con una prostituta y un cliente.
Cada capítulo de la historia empieza con la hora en que están ocurriendo los hechos y se centra en narrarnos los sucesos que le ocurren a Mari durante la noche, en los diferentes lugares en los que se encuentra; así como también, lo que sucede en la mente de Eri, cuya historia se lleva a cabo en una especie de espacio alterno entre la realidad y los sueños. Al final de cada capítulo, el autor conecta de algún modo ambas historias.
Elegí esta novela, porque no es del todo convencional, la trama no sigue una línea clara y las dos historias se entrelazan por momentos: pero una de ellas es totalmente terrenal y concreta, mientras que la otra es mucho más ambigua y abstracta. Como la mayoría de las obras del autor existe una gran dosis de suspenso, incertidumbre y oscuridad. Pero ésta en especial deja cierto hueco en la explicación de las cosas, dejando así que el lector las interprete a su manera.
La senda del perdedor (Charles Bukowski, 1983)
La traducción literal del título de esta novela sería “Jamón sobre centeno”. Pero bueno, como muchas veces ocurre con las traducciones, tanto en Latinoamérica como en España, el título que se inventan los editores no tiene nada que ver con el real. Antes de hablarles sobre este libro, me permitiré comentarles que la obra de Bukowski consta de novelas, relatos cortos y poemas, y es muy extensa. Hablando solamente de las novelas, este autor escribió seis: cinco son autobiográficas y una es ficción. Las cinco autobiográficas nos hablan de las diferentes etapas de la vida del escritor; sin embargo, no fueron escritas siguiendo el orden cronológico de su vida. Esta fue la cuarta que escribió, pero nos habla de la primera etapa de su vida: niñez y adolescencia.
El protagonista de la novela es Henry Chinaski, (es como Bukowski se hace llamar en todas sus novelas autobiográficas) un niño como cualquier otro de esa época, cuyos padres tienen roles muy definidos. El padre es autoritario, neurótico y maltrata a su esposa. La madre es sumisa con su esposo y no parece tener intención de rebelarse; asume ese papel y aunque en ocasiones trata de ser cariñosa con su hijo, la neurosis del padre y el abuso físico y verbal al que somete a su familia, se lo impide.
La novela se lleva a cabo en Los Ángeles entre los años 1920 y 1940. El padre de Chinaski está sin empleo debido a la recesión económica; aún así, sale de su casa cada día por las mañanas fingiendo tener un trabajo, pues le parece inaceptable que sus vecinos o la gente en general lo vean como un desempleado. Chinaski nos narra su niñez en la escuela, en donde siempre quiso sobresalir en algún deporte, primero lo intentó en el futbol americano, en donde no logró sobresalir, pues no era físicamente muy dotado. Después el béisbol, con resultados poco mejores, pero no del todo. Un día la maestra les pide escribir un ensayo sobre el presidente de la república y el disfruta haciéndolo. La maestra le dice que su ensayo ha sido el mejor de toda la clase, es tal vez ahí donde Chinaski descubre su verdadera vocación.
Con esa prosa cruda y hasta algo escueta, pero poderosa de Bukowski, nos describe como siempre se juntaba con los perdedores de la clase. Su primer mejor amigo era un niño albino al que todos llamaban Whitey, que por alguna razón había perdido el brazo y llevaba una prótesis de madera. Al ser los perdedores del salón, había un grupo de chicos que solían golpearlos cuando se los topaban en la calle, pero ellos logran vengarse de una forma inimaginable.
La novela está llena de aventuras que el autor nos narra. Desde cuando aprende a masturbarse hasta cuando probó por primera vez el alcohol en el sótano de un amigo. Describe también crudamente la vez en que fue atropellado y cuando el acné inundó su rostro causándole un gran complejo, a tal grado que salía a la calle con una especie de máscara, esto lo hacía sentir bien: como un superhéroe anónimo.
La novela poco a poco nos deja ver la fascinación del mismo Bukowski por la literatura, así como su, en ese entonces, precario alcoholismo. Como en sus demás novelas, Bukowski/Chinaski, nos enseña una realidad muy diferente al mito del sueño americano y se presenta a él mismo como un antihéroe, que ve al mundo como su enemigo, y que describe a si mismo con los peores adjetivos. Una novela narrada sin tapujos, de esta primera etapa de su vida. Muy recomendable.
Me llamo rojo (Orhan Pamuk, 1998)
“Descubre al hombre que me asesinó y te contaré detalladamente lo que hay en la otra vida”. Esta es la premisa de la novela escrita por el premio nobel de Literatura 2006. La historia nos transporta al imperio Turco del siglo XVI. El sultán quiere inmortalizarse por medio de un lienzo pintado por los mejores artistas; sin embargo, las características que demanda en la obra, están prohibidas por el Islam. Es por eso, que contrata secretamente a cuatro de los grandes maestros de la pintura para que lleven a cabo este magnánimo trabajo; cada uno de estos ilustradores utiliza un pseudónimo para pasar desapercibido.
Para desgracia del sultán, uno de estos artistas es asesinado. Y es él quien desde el otro mundo nos narra el primer capítulo de esta intrigante novela llena de misterios e intrigas. La historia gira en torno a los maestros de la pintura, el Sultán, el asesino y los dos protagonistas que se aman y desean estar juntos: Negro y Seküre. Cada capitulo de la obra, está narrado por un personaje diferente que tiene una perspectiva muy personal y curiosa. Es así como a lo largo de la novela, tenemos capítulos relatados por personajes tan peculiares como un árbol, el dinero, el diablo, el asesino, y por supuesto, los mismos protagonistas de la novela.
Es magistral la forma en que Pamuk logra envolvernos poco a poco en el suspenso de quién ha perpetrado dicho asesinato, y cómo nos ubica detalladamente en el siglo XVI dentro del imperio Otomano. El estilo literario hace uso de la metaficción, que consiste en que los personajes parecen estar hablándonos a nosotros, haciéndonos así, parte de la novela y poniendo a prueba nuestra perspicacia psicológica. Una magnifica obra, que no se pueden perder.
Luis F. Bernal
@WALLISH72