Cuando la maternidad no es deseada:
5 filmes que recuerdan lo importante que es el poder decidir

“No recuerdo la última vez que tuve esperanzas. Tampoco recuerdo cuando alguien la tuviera. Desde que las mujeres dejaron de poder tener hijos ¿qué esperanza nos queda?”. Los niños de hombre (Alfonso Cuarón, 2006).

En la ficción apocalíptica de Cuarón, ambientada en 2027, todas las mujeres del planeta se vuelven estériles por razones desconocidas. Estamos en el 2020 y no hay rastro alguno de que la raza humana esté en peligro de extinción. Lo que sí está en peligro, al menos en México y el resto del mundo subdesarrollado, es el tratamiento del aborto como un tema de salud pública, libre de ideologías, convicciones religiosas y morales; lo que pone en peligro el derecho de las mujeres a decidir.

Mujeres adultas, adolescentes, niñas violadas (muchas veces por integrantes de su familia); mujeres a las que el método anticonceptivo les jugó una mala pasada; aquellas que no se cuidaron por alguna razón y que, sencillamente, no planean ser madres; prostitutas a las que su oficio las pone en un constante riesgo; mujeres que viven en la extrema pobreza o en ambientes de violencia… son sólo algunos de los casos en los que las mujeres deberían de tener la libertad de elegir su destino.

El cine es un viejo búho que nos muestra, desde la ficción, la realidad de la maternidad, dolorosa pero hermosa al fin al cabo, y también de su contraparte, los relatos desgarradores que se cuecen en torno al aborto. Sin embargo, también muestra lo que pasa cuando la sociedad, o las circunstancias mismas de la vida, obligan a las mujeres a ser madres. Por eso, vertemos aquí algunos ejemplos cinematográficos que nos hablan de la importancia de entender que LA MATERNIDAD SERÁ DESEADA, O NO SERÁ.



Rosemary’s Baby

Rosemary acaba de mudarse junto con su esposo a un apartamento de Nueva York. El ambiente que gira alrededor de la pareja los incita a tomar la decisión de tener un hijo. Rosemary se embaraza porque así lo desea. Lo que no desearía jamás es ser obligada a concebir y a dar a luz al hijo del mismísimo rey de las tinieblas. Lo que en un principio parecía ser la realización del sueño de la maternidad se torna en una auténtica pesadilla para la protagonista, que se siente perseguida todo el tiempo. Pese a que esta película de culto es uno de los máximos referentes del cine de terror psicológico y satánico, lo cierto es que bien puede ejemplificar el miedo a la maternidad y la pérdida de la identidad provocada por el embarazo.




2. Precious

Una chica obesa, negra y pobre pareciera que socialmente no podría tener más situaciones en contra. Sin embargo, para Precious las complejidades de la vida a sus prontos 16 años están lejos de resolverse con voluntad y esfuerzo: es analfabeta, ha tenido dos hijos producto de las constantes violaciones sexuales por parte de su propio padre y su madre la odia porque piensa que le ha robado el amor de su marido. Aunque la finalidad de la cinta es mostrar que detrás de las grandes tragedias de la vida siempre hay una luz al final del túnel, la vida de la miserable Precious pudo haber sido 2 gramos menos dura si, al menos, no hubiera sido obligada a parir a sus propios hermanos, uno de ellos con Síndrome de Down.


3. Blue Valentine

Cindy (Michell Williams) y Dean (Ryan Gosling), se conocen y se enamoran en la flor de su juventud. “Blue Valentine” no va acerca de la maternidad precisamente, pero va del deterioro de un matrimonio joven que lleva tiempo cometiendo errores. Una de las causas de que la relación entre ellos se vaya a pique es la insatisfacción de Cindy ante la vida, una enfermera que no pudo graduarse de medicina porque quedó embarazada del hombre incorrecto. Ahí es cuando aparece Dean para ser su “salvavidas” y convertirse en el mejor padre y esposo del mundo, hasta que las nubes comienzan a tapar al sol. Quizá la vida y relación de Cindy y Dean hubiera sido menos tormentosa si en la ecuación de hastío, la monotonía e infelicidad, Cindy, que vio mermadas sus posibilidades profesionales, no se hubiera precipitado a ser madre.


4. We need to talk about Kevin

Quizá no exista un miedo más abrumador que pensar que tu hijo pueda ser la semilla del mal. Para la protagonista de esta cinta (que tiene un hijo a los 40 años más por presión social que por convicción propia) el mundo se vuelca contra ella cuando su hijo mayor comete un brutal asesinato y todos la culpan por haber tenido un vínculo nulo con su crío. “We need to talk about Kevin” está basada en el Best seller que comete la osadía de exponer el caso de una mujer que no conecta con su hijo y que pone sobre la mesa que, no porque un ser emane de una mujer, esto significa que sí o sí exista una relación emocional de ella para con él.


5. Los olvidados

El filme que pasó de ser un escándalo en su época a Patrimonio Cultural de la Humanidad, aborda la miseria humana en el sentido más estricto. Es un lienzo donde se expone cómo en la Ciudad de México de hace 70 años las condiciones y oportunidades no existían (ni existen aún) de manera equitativa. Hay quienes nacen jodidos y su destino está en entrar a un callejón sin salida donde la piedad no existe. En “Los olvidados” Pedro es el mayor de cuatro hermanos; su madre lo desprecia y lo culpa de toda desgracia. “Parece que usted no quiere a su hijo” le pregunta un agente del tribunal para menores a la madre de Pedro. “Y yo porqué lo voy a querer, no conocí a su padre. Yo era una escuincla y ni pude defenderme”, responde ella. Hoy, en pleno siglo XXI, esta realidad es la misma de tantas mujeres que dan a luz a hijos que no desean; hijos que parecen invisibles y olvidados por la sociedad; hijos que, parece, tenían más valor cuando aún no salían del vientre materno.


Rebeca Ávila



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